Los hermanos pequeños forman parte de un grupo muy especial. El hijo menor nunca ha llegado a saber qué se siente ser hijo único. Está acostumbrado a compartir su espacio con otras personas, a no siempre llegar primero y a ser objeto de las burlas.
Suelen ser creativos, rebeldes e independientes… y suelen utilizar sus habilidades sociales para conseguir lo que quieren.
“Los hijos menores son manipuladores, sociables, extrovertidos, excelentes para las ventas… De pequeños hacen travesuras y no son castigados, y saben moverse entre la gente”, asegura el psicólogo Kevin Leman, quien también es autor de "The Birth Order Book" (El libro del orden de nacimiento) y "The First-Born Advantage" (La ventaja del primogénito).
¿Te sientes identificado? Aquí tienes 16 cosas que demuestran que eres el menor:
1. Sabes entretenerte solo.
La vida no gira en torno a ti, a pesar de que eres el bebé. Tus hermanos mayores tienen eventos deportivos, deberes, o amigos cool que van a casa a jugar. Por ello, sabes buscar el control de la TV, un cuaderno para dibujar, o un buen libro y quedarte tranquilo. Se suele decir que los hermanos pequeños son más originales (y emprendedores) que sus hermanos mayores.
2. Estás acostumbrado a esperar tu turno.
Normalmente no eres el primero… Así que aprendes a esperar tu turno y a saborearlo.
3. A menudo te dicen que eres muy "maduro" o que aparentas más edad.
La frase "qué adulto eres" te resulta más que familiar. Llevas prácticamente toda tu vida escuchando que pareces mayor. Tómatelo como un piropo.
4. Puedes dormirte con la tele o las luces encendidas sin problema.
Estás acostumbrado a escuchar gente y ruido a tu alrededor desde el momento en que te trajeron a casa desde el hospital. ¿Dormirse en el sofá mientras tu familia ve una peli? De acuerdo. ¿Que hay luces en el pasillo? Perfecto.
5. Empezaste a ver MTV y películas no recomendadas para menores de 18 años mucho antes que la mayoría de tus compañeros.
Puede que también fueras un erudito en el campo de las palabrotas y de letras de canciones poco apropiadas, y también sabías cómo se hacen los bebés antes que la mayoría.
6. Muchos de tus mejores amigos NO son los menores de su familia.
No sé si será cosa nuestra, pero creemos que los hermanos menores no se llevan tan bien con otros hermanos pequeños. Nuestra hipótesis no científica es que se desequilibra la balanza del poder. También hay otra teoría paralela que dice que esto mismo se cumple en las relaciones de pareja.
7. Aprendes observando los errores/aciertos de quienes te rodean.
Obviamente, escuchas las normas y consejos que te dan tus padres, pero al tener hermanos mayores, aprendes mejor siguiendo sus pasos. De acuerdo con The Guardian, esto también quiere decir que eres más propenso a correr riesgos.
8. Sabes hilar bien una historia. Cualquier tipo de historia.
Se podría decir que eres un abogado frustrado porque eres capaz de inventar cualquier historia a tu favor. Otros lo llamarán manipulación. Pero bueno, tú échale la culpa al orden de nacimiento…
9. Usaste muuucha muucha ropa de segunda mano.
Camisetas viejas, abrigos usados, un par de tenis unisex en perfecto estado, etcétera. Según el sexo de tus hermanos, puede que te sientas identificado con ello y que te hayas beneficiado… o no. Depende de lo bien o lo mal que te haya quedado esa ropa.
10. Jugabas bien con otros niños.
Los hermanos menores no suelen ser solitarios. Cuanta más gente, mejor. Así que, todos a jugar en la arena.
11. Y cuando discutes, sabes que las palabras duelen más que los golpes.
Eres el más pequeño tanto en estatura como en años. Con suerte, tus hermanos mayores no te pegaron mucho, pero probablemente sepas que las luchas dialécticas eran más efectivas que el combate físico. Según Jeffrey Kluger, autor de "The Sibling Effect", "cuando no eres capaz de pegar a tus hermanos mayores para obtener lo que necesitas, aprendes a desarmarlos a golpe de bromas o a desarrollar un mejor sentido de la intuición".
12. Sabes entender las bromas.
Seguro que has podido aprovecharte del mejor regalo que tus hermanos mayores te han hecho: el sentido del humor. Seguro que has llorado mucho, pero también te habrás reído mucho. A medida que te haces mayor, aprendes a reírte hasta de las bromas de las que eres el blanco.
13. Tienes más mentores que dedos en la mano.
Criarte siendo el menor significa que no te importa buscar consejo y orientación en los demás. A medida que creces, te das cuenta de que tienes a unas cuantas personas (familiares y conocidos) que te cuidan y que están ahí cuando necesitas ayuda. Según un estudio llevado a cabo en 2013, los hermanos menores buscan conocimiento en las personas de su alrededor que son mayores que ellos.
14. Obtienes privilegios con todo aquello por lo que tus hermanos tuvieron que luchar.
Teléfonos celulares, novios, hora de volver a casa y permiso para ir a los conciertos. Tus hermanos te allanaron el camino y deberías agradecérselo. Los quiero, Backstreet Boys.
15. Te bastan unos pocos instantes de atención.
No necesitas que te dediquen todo el día. Una palmadita de tu hermano, acurrucarte con tu mami en el sofá o un baile sincronizado con tu abuela en la piscina son suficientes para alegrarte la semana.
16. Y cuando todo está dicho y hecho, estás secretamente seguro de que eres el más querido.
No hay pruebas científicas de ello, pero tú sabes que es cierto.
Te podría interesar:
- Cómo el orden de nacimiento de los hijos determina su personalidad
-- Esta nota fue publicada originalmente por Sasha Bronner en HuffPost Healthy Living. La traducción es de El Huffington Post (España) y ha sido adaptada para HuffPost Voces por Marinés Arroyo.
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Suelen ser creativos, rebeldes e independientes… y suelen utilizar sus habilidades sociales para conseguir lo que quieren.
“Los hijos menores son manipuladores, sociables, extrovertidos, excelentes para las ventas… De pequeños hacen travesuras y no son castigados, y saben moverse entre la gente”, asegura el psicólogo Kevin Leman, quien también es autor de "The Birth Order Book" (El libro del orden de nacimiento) y "The First-Born Advantage" (La ventaja del primogénito).
¿Te sientes identificado? Aquí tienes 16 cosas que demuestran que eres el menor:
1. Sabes entretenerte solo.
La vida no gira en torno a ti, a pesar de que eres el bebé. Tus hermanos mayores tienen eventos deportivos, deberes, o amigos cool que van a casa a jugar. Por ello, sabes buscar el control de la TV, un cuaderno para dibujar, o un buen libro y quedarte tranquilo. Se suele decir que los hermanos pequeños son más originales (y emprendedores) que sus hermanos mayores.
2. Estás acostumbrado a esperar tu turno.
Normalmente no eres el primero… Así que aprendes a esperar tu turno y a saborearlo.
3. A menudo te dicen que eres muy "maduro" o que aparentas más edad.
La frase "qué adulto eres" te resulta más que familiar. Llevas prácticamente toda tu vida escuchando que pareces mayor. Tómatelo como un piropo.
4. Puedes dormirte con la tele o las luces encendidas sin problema.
Estás acostumbrado a escuchar gente y ruido a tu alrededor desde el momento en que te trajeron a casa desde el hospital. ¿Dormirse en el sofá mientras tu familia ve una peli? De acuerdo. ¿Que hay luces en el pasillo? Perfecto.
5. Empezaste a ver MTV y películas no recomendadas para menores de 18 años mucho antes que la mayoría de tus compañeros.
Puede que también fueras un erudito en el campo de las palabrotas y de letras de canciones poco apropiadas, y también sabías cómo se hacen los bebés antes que la mayoría.
6. Muchos de tus mejores amigos NO son los menores de su familia.
No sé si será cosa nuestra, pero creemos que los hermanos menores no se llevan tan bien con otros hermanos pequeños. Nuestra hipótesis no científica es que se desequilibra la balanza del poder. También hay otra teoría paralela que dice que esto mismo se cumple en las relaciones de pareja.
7. Aprendes observando los errores/aciertos de quienes te rodean.
Obviamente, escuchas las normas y consejos que te dan tus padres, pero al tener hermanos mayores, aprendes mejor siguiendo sus pasos. De acuerdo con The Guardian, esto también quiere decir que eres más propenso a correr riesgos.
8. Sabes hilar bien una historia. Cualquier tipo de historia.
Se podría decir que eres un abogado frustrado porque eres capaz de inventar cualquier historia a tu favor. Otros lo llamarán manipulación. Pero bueno, tú échale la culpa al orden de nacimiento…
9. Usaste muuucha muucha ropa de segunda mano.
Camisetas viejas, abrigos usados, un par de tenis unisex en perfecto estado, etcétera. Según el sexo de tus hermanos, puede que te sientas identificado con ello y que te hayas beneficiado… o no. Depende de lo bien o lo mal que te haya quedado esa ropa.
10. Jugabas bien con otros niños.
Los hermanos menores no suelen ser solitarios. Cuanta más gente, mejor. Así que, todos a jugar en la arena.
11. Y cuando discutes, sabes que las palabras duelen más que los golpes.
Eres el más pequeño tanto en estatura como en años. Con suerte, tus hermanos mayores no te pegaron mucho, pero probablemente sepas que las luchas dialécticas eran más efectivas que el combate físico. Según Jeffrey Kluger, autor de "The Sibling Effect", "cuando no eres capaz de pegar a tus hermanos mayores para obtener lo que necesitas, aprendes a desarmarlos a golpe de bromas o a desarrollar un mejor sentido de la intuición".
12. Sabes entender las bromas.
Seguro que has podido aprovecharte del mejor regalo que tus hermanos mayores te han hecho: el sentido del humor. Seguro que has llorado mucho, pero también te habrás reído mucho. A medida que te haces mayor, aprendes a reírte hasta de las bromas de las que eres el blanco.
13. Tienes más mentores que dedos en la mano.
Criarte siendo el menor significa que no te importa buscar consejo y orientación en los demás. A medida que creces, te das cuenta de que tienes a unas cuantas personas (familiares y conocidos) que te cuidan y que están ahí cuando necesitas ayuda. Según un estudio llevado a cabo en 2013, los hermanos menores buscan conocimiento en las personas de su alrededor que son mayores que ellos.
14. Obtienes privilegios con todo aquello por lo que tus hermanos tuvieron que luchar.
Teléfonos celulares, novios, hora de volver a casa y permiso para ir a los conciertos. Tus hermanos te allanaron el camino y deberías agradecérselo. Los quiero, Backstreet Boys.
15. Te bastan unos pocos instantes de atención.
No necesitas que te dediquen todo el día. Una palmadita de tu hermano, acurrucarte con tu mami en el sofá o un baile sincronizado con tu abuela en la piscina son suficientes para alegrarte la semana.
16. Y cuando todo está dicho y hecho, estás secretamente seguro de que eres el más querido.
No hay pruebas científicas de ello, pero tú sabes que es cierto.
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-- Esta nota fue publicada originalmente por Sasha Bronner en HuffPost Healthy Living. La traducción es de El Huffington Post (España) y ha sido adaptada para HuffPost Voces por Marinés Arroyo.


